A su retorno de las Islas Fiji, viaje que le costó al país más de 300 mil dólares, según lo menciona el columnista Humberto Vacaflor, el presidente Morales ha reconocido que la mina Huanuni está en quiebra, pero ha culpado a los mineros por el desastre económico ocurrido en uno de los complejos industriales más importantes del país, nacionalizado por el actual Gobierno.
Pese a que la conclusión del primer mandatario es contundente y que para hacer ese análisis no hace falta ser Dr. Honoris Causa, el Gobierno ha decidido crear una comisión para investigar qué es lo que ha ocurrido en Huanuni. La aritmética del fracaso de este yacimiento minero es muy simple.
Cuando pasó a manos del Estado tenía 700 trabajadores y ahora existen más de 4.700, aumento de la planilla que significa casi un 700 por ciento de incremento. Con estos números se iría a la quiebra la Microsoft y la MAC juntas y lo peor del caso es que la crisis de Huanuni se da en pleno auge de los precios de los minerales, cuando el estaño ha alcanzado cifras históricas. Es obvio que los mineros tienen parte de la culpa por este desastre, pero no son los principales responsables.
Ellos no tomaron las decisiones más importantes en este Gobierno, ellos no viajan en el avión presidencial a destinos exóticos y tampoco integrarán esa comisión que seguramente le costará mucho dinero al país.
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