Documento aprobado en el cabildo realizado en Sucre el viernes 17 de agosto de 2007, en el frontis de la Casa de la Libertad, y leído por el Presidente del Comité Interinstitucional Capital Plena y Retorno de los Poderes del Estado a Sucre, Lic. Jaime Barrón Poveda.
Sucrenses, chuquisaqueños, bolivianos:
Hoy tengo la necesidad de acudir a Dios para pedirle que alivie mi corazón y el corazón de todos nosotros, de la ira, el enojo, de la impotencia que hemos sentido y sentimos, para no equivocarnos en las decisiones que vayamos a tomar, y que reconozcamos que el mejor camino ante la injusticia es la justicia misma, que ante la soberbia y el verticalismo es siempre mejor el amor por la democracia y que bajo este precepto sigamos luchando con humildad pero con firmeza, con civismo regional, pero con compromiso nacional, respetando el estado de derecho que defendemos con convicción.
No permitas padre, separarnos un milímetro de nuestras convicciones democráticas y del ejercicio responsable de nuestra libertad.
Hoy, día de la Bandera Nacional, el mejor tributo que podemos brindar a la sangre de nuestros próceres, a la riqueza natural y humana boliviana y a la esperanza de nuestro pueblo, es buscar en todos nuestros actos la unidad de Bolivia y presentar la democracia como patrimonio de vida nuestra y de nuestros hijos. Los chuquisaqueños sabemos hacer eso y ratificamos nuestro compromiso histórico de vida con nuestra tricolor.
El pueblo de Chuquisaca se ha congregado el día de hoy en este sagrado altar de la nacionalidad boliviana, para denunciar al país y la comunidad internacional que nuestra democracia, al igual que su más importante escenario de expresión como es la Asamblea Constituyente, han sido heridas de muerte.
Bolivia vive una etapa decisiva en su historia, esta es una época llena de posibilidades hasta ayer latentes, hoy se ponen de manifiesto en procesos de cambio que exigen respuestas contundentes en el marco de la unidad, legalidad, la paz, la esperanza, la democracia y el estado de derecho, pero por sobre todo de la libertad.
Por eso rendimos nuestro sentido homenaje a la bandera tricolor que nos cobija, como el principal símbolo de la unidad nacional en la diversidad y el reconocimiento de las luchas de los bolivianos en contra de toda forma de opresión.
Desde que iniciamos esta lucha por la capitalidad plena para Chuquisaca y Sucre, buscando mejores días para Bolivia, buscando integrar a regiones que en décadas de luchas contra el centralismo reaccionario pugnan por el poder político y económico buscando incluir en el desarrollo nacional a departamentos que como el nuestro, fueron y siguen siendo postergados por los diferentes gobiernos de turno, sabíamos que esta lucha sería dura y espinosa, y que el intento por aplastarnos sería una constante.
Esta presencia multitudinaria de razones, de convicciones, de servicio a Bolivia, de grandeza democrática y pacífica tiene la firmeza y ratificación que desde la Cuna de la Libertad de América Latina, confirmamos como la decisión del pueblo de Bolivia y del pueblo de Chuquisaca al clamor nacional: UNIDAD, LIBERTAD E IGUALDAD.
Habiendo llegado a este punto de nuestra reivindicación, reconocemos que no habíamos previsto dos cosas.
La primera, que la simpatía nacional por nuestra demanda fue creciendo rápida y sostenidamente, hasta convertirse en una demanda de carácter nacional con el reconocimiento de que Chuquisaca en este momento histórico es el catalizador de intereses regionales que confluyen hacia la integración nacional.
La segunda, no habíamos previsto que esta lucha de razones y no de imposiciones, los espacios democráticos serían restringidos por la intolerancia, el autoritarismo y la visión mezquina del gobierno para con Chuquisaca.
El oficialismo se parcializó no solamente por sus ambiciones motivadas en el puro cálculo electoral, sino porque vio el creciente posicionamiento de nuestra demanda en el escenario nacional, es una muralla contra la que puede estrellarse cualquier pretensión autoritaria.
Al inicio de nuestra lucha, no creían en nuestro avance. En el transcurso de nuestra lucha dudaron, hoy tiemblan y acuden a prácticas antidemocráticas para tratar de contenernos. No lo lograrán.
Sucrenses, chuquisaqueños, bolivianos:
Hace pocas horas, un grupo de asambleístas irresponsables con Bolivia, apelando a procedimientos que violentan su propia normativa interna, han atropellado el legítimo derecho de este pueblo de pedir democráticamente lo que le fue arrebatado por la fuerza.
Esos asambleístas, una vez consumado su artero golpe a la democracia, se han dado a la fuga de la manera más vergonzosa, así como lo hace cualquier bandolero después de cometer su fechoría.
Lo que ha sucedido aquí es demasiado grave.
El país tiene que saber que si los procedimientos con los que van ha aprobar la nueva Constitución Política del Estado, son aquellos que utilizaron en la nefasta resolución contra Sucre, ya no ponen en peligro únicamente la capitalidad plena, ¡Ponen en peligro la nación! ¡Ponen en peligro la democracia!
La pretensión desmedida de instaurar un régimen totalitario en Bolivia, tiene autores con nombre y apellido, esos autores se empeñan en conducir al país a escenarios de violencia fratricida que no vamos ha permitir.
Hoy, los bolivianos sabemos quiénes son los que no quieren acudir al pueblo soberano para resolver nuestras controversias en democracia, hoy, el pueblo boliviano sabe quiénes son los que prefieren los procedimientos fraudulentos y le tienen miedo al debate.
A ellos les decimos que Chuquisaca es un pueblo respetuoso de las reglas reconvivencia democrática y pacífica, y que a pesar de las provocaciones, hoy como siempre ratificamos nuestra decisión de no apartarnos ni un solo milímetro de las convicciones con que nuestros próceres lanzaron el primer grito de libertad en América y crearon la República de Bolivia aquí, en Sucre, en esta Casa de la Libertad.
En este escenario, el acoso al sistema democrático reflejado en las arbitrariedades que se cometen en la Asamblea Constituyente, ha acentuado el creciente sentimiento de rechazo al centralismo reaccionario, por parte del pueblo chuquisaqueño y de Bolivia que quiere participar de manera más firme en la construcción de su destino.
Desde esta tribuna le hablamos a Bolivia; le decimos a la Patria que nosotros no venimos a enfrentarnos con nadie, pero que los chuquisaqueños nos colocamos en la primera línea de la defensa de la democracia y convocamos a todos los departamentos del país, a sumarse a esta noble misión, para que a través del diálogo y la concertación, sepamos resolver nuestras diferencias en un ambiente democrático.
Por eso, el pueblo de Chuquisaca resuelve al país lo siguiente:
PRIMERO: Reafirmar nuestra profunda vocación democrática, por lo que convocamos a los bolivianos a preservar la unidad del país, el estado de derecho y la democracia, eliminando todo vestigio de verticalismo dictatorial como el que acaba de perpetrarse en la Asamblea Constituyente.
SEGUNDO: Convocar a todos los patriotas bolivianos a sumarse a la lucha emprendida por el pueblo de Chuquisaca por la defensa de la democracia, para lo cual les instamos a iniciar un proceso de movilización nacional.
TERCERO: Desconocer y exigir la nulidad inmediata de la resolución aprobada de manera ilegal y antidemocrática, por la que se pretende retirar del debate de la plenaria el tratamiento de la capitalidad plena para Sucre.
CUARTO: Instruir la masificación de la huelga general de hambre iniciada por valerosos chuquisaqueños en defensa de la democracia y de la capitalidad plena, y convocar al pueblo boliviano a sumarse a esta medida.
QUINTO: Exigir la renuncia inmediata de la presidenta Silvia Lazarte y del vicepresidente Roberto Aguilar, por convertir a la Asamblea Constituyente en un escenario de confrontaciones irreconciliables antes que de encuentros democráticos.
SEXTO: Denunciar ante la comunidad internacional el flagrante atentado contra la democracia y el estado de derecho perpetrado en la Asamblea Constituyente y pedir la presencia permanente en Sucre, de observadores de la Organización de Estados Americanos y de las Nacional Unidas.
SÉPTIMO: Rechazar cualquier intento del oficialismo, de trasladar la sede de funciones de la Asamblea Constituyente de la ciudad de Sucre, por constituir una nueva e inadmisible provocación a la unidad e integridad nacionales.
OCTAVO: De no restituirse la legalidad y el respeto a las reglas de juego democráticas hasta el jueves 23 del mes en curso, radicalizaremos todas las medidas democráticas que han sido asumidas en Sucre, Chuquisaca y Bolivia.
Para concluir, bolivianos demócratas, defensores del mismo destino patrio y la misma sangre, invocamos a ustedes a unirse a esta cruzada que compromete el futuro de todos nuestros hijos y a vivir en democracia, Sucre está de pie, ni un paso atrás.
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