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martes, 7 de agosto de 2007

Felizmente la sangre no llegó al río

Todo transcurrió en relativa calma. Llegaron a Santa Cruz y fueron prácticamente encuartelados los tres mil indígenas, dos mil campesinos y claro está los cerca de cuatro mil uniformados que llegaron a la capital oriental a realzar el Día de las Fuerzas Armadas, con una gran Parada Militar y la Jura de la Bandera.
Las crónicas todavía incompletas resultas que por el tumulto inicial al pretender ingresar a la zona de El Trompillo al mismo tiempo se produjeron heridos que fueron de inmediato atendidos por las ambulancias a mano. Llegado el Presidente y su comitiva se inició el acto con un discurso, esta vez bastante corto, en que resaltó el rol de los soldados en el proceso de cambio, dijo muchas alabanzas repitiendo como la víspera en Sucre sus elogios. Muchos cruceños no salieron a las calles quizá bajo el influjo de rumores que circularon anunciando que habría desórdenes e inseguridad. La crónica consultada reveló que algunos militares no estuvieron del todo satisfechos porque la Parada en sí se deslució y que mejor habría sido "dejar que el acontecimiento lo realizen los militares que los civiles" tienen su propia fecha para homenajear a la Patria. Finalmente se habla de un costo próximo al mediomillón de dólares que pudieron emplearse en algo más concreto. Las reacciones tan sólo empiezan de modo que volveremos sobre el tema más adelante.

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