Faltan escasos 18 años para que Bolivia cumpla su segundo centenario como República Independiente. El tiempo venidero bien puede servir al objetivo de realizar un estudio serio que pasando por la geopolítica y la economía considere la voluntad popular del soberano para trasladar los poderes legislativo y ejecutivo de La Paz a Sucre. El traslado es algo serio y profundo, tiene gran complejidad que por la vía del diálogo inteligente tendría que superarse. Como materia de ensayo, podría Sucre funcionar en los meses de invierno como capital plena, nada extraño por otra parte que una nación tenga dos capitales, el mismo Papa tiene su sede en Roma, pero durante los tórridos meses del verano despacha desde Castelgandolfo, para citar un sólo ejemplo. Además serían las cifras, los razonamientos antes que los sentimientos localistas y otros que tendrían que definir. Dejemos actuar a la razón, a los argumentos de peso, al factor económico y de una estrategia de producción y desarrollo. Porqué desatar una pelea si se podría partir de "ningún traslado hasta dentro de 15 años" y darnos una pausa activa, de incesante búsqueda del mejor interés para la Patria.
Un entrañable amigo replica que Sucre no tiene la infraestructura para hospedar los poderes. Sus viejos edificios carecen de lo más elemental y el espíritu del chuquisaqueño sigue siendo altanero y pagado de sí mismo. De acuerdo. Por ello nuestra idea apunta a tres quinquenios para levantar la infraestructura lo que conlleva el tema del financiamiento y sus fuentes. Reitero es complejo y reclama una gran dosis de capacidad y de encontrar las vías.
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