Lo que ocurre es que se está copiando el modelo venezolano a pie juntillas. En este caso se está replicando a las llamadas Fuerzas de Defensa que no son nada más que grupos paramilitares que se encargan de reprimir cualquier movimiento de protesta contra el régimen chavista.
Y no lo decimos nosotros; jefes militares del Ejercito admitieron que comenzó un programa de instrucción en manejo de armas a civiles en diferentes regiones del país con el fin de enseñar “civismo y defensa de la patria”.
Se trata de un programa similar al desarrollado en Venezuela para organizar las “milicias populares y de la reserva” que componen los Comités de Defensa Integral, a imagen y semejanza de los Comités de Defensa de la Revolución Cubana.
En Bolivia, la decisión de dar instrucción militar a grupos determinados de masistas surge de la constatación de que “organizaciones sociales” clave para el gobierno y que antes fueron su sustento principal, se están tornando críticas y no se puede esperar que en un momento dado se movilicen para defender al gobierno o para imponer sus decisiones como ocurrió en pasados años con los “cercos” al parlamento.
Evidentemente el plan gubernamental encierra muchos peligros y nos acerca a una confrontación interna que nadie desea ni busca, excepto, claro está, algunos radicales de mentes retorcidas muy bien ubicados en la cúpula del poder.
Al parecer la iniciativa no proviene del presidente Evo Morales, que sabe muy bien que sus opciones son esencialmente políticas y un asunto de esta índole lo único que haría es inquietar a los países de la región donde mantiene una imagen aceptable.
Entonces la pregunta es inevitable ¿ Quien en el gobierno mantiene esas concepciones basadas en la lucha armada para la toma del poder?
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