Con más prisa que pausa, los movimientos sindicales comienzan a impacientarse. Es el reacomodo para ocupar espacios de poder. No hay manera de evitarlo. Sucedió en el pasado. El MNR del 52 al 60 fue uno de los que experimentó este proceso. De la plena hegemonía pasó al proceso del desgaste y luego al desmoronamiento de esa hegemonía, con el golpe del general Barrientos al presidente Paz Estensoro.
Es el reclamo de las bases por puestos en la administración pública. Espacios desde los cuales se considera que se pueden obtener soluciones a las demandas que cada sector tiene. Se lleva a un dirigente para que cumpla dos funciones básicas: dar pegas a sus entornos sindicales y familiares, y por otra parte, transferir recursos del Estado para mostrar que su paso por el Poder fue fructífero.
Sucede que lo de dar pegas a sus entornos funciona, porque se hace uso de las atribuciones que se tienen. Y donde fracasan todos es en el segundo requisito: transferir recursos del Estado. En ese momento los que fueron a ocupar altos puestos comienzan a entender que el manejo del dinero público tiene muchos vericuetos y normas que impiden que la varita mágica que creen tener comience a repartir la platita como repartieron las pegas ni bien tomaron posesión de sus despachos. Y es cuando comienza el desencanto y luego el pedido de renuncia y los que siguen en la fila de la sucesión se alistan para volver al mismo punto de los que se van.
¿No fue este el reclamo de Evo Morales ante las leyes que le obstruían sus deseos de repartir dinero a diestra y siniestra, hasta que Venezuela le facilitó la tarea con los cheques en la mano? ¿Y no fue este el motivo por el que dijo que cansado de tener que respetar leyes, “el le metía nomás” y luego sus abogados tenían que arreglar sus transgresiones legales?
Pues lo mismo que a él le fastidiaba, ocasiona el disgusto de sus movimientos sindicales, que quieren más de lo que el Estado puede dar. Y por eso el pedido de renuncia de los Ministros incapaces. En el convencimiento sindical de que las soluciones se alcanzan con el simple cambio de las personas.
¿No se cambió un gobierno por otro y varios Presidentes para tener el actual? Porque los movimientos sindicales cocaleros, gremiales, transportistas, colonizadores y mineros consideraron que cambiarlos era la mejor solución. Bueno ahora tiene lo que querían y resulta que no es lo que esperaban.
Por ejemplo se tumbó un gobierno acusándolo de querer venderle gas a Chile. Ahora buscan como hacerlo. Se perdió el mercado textil del maldito imperialismo y ahora no saben como reemplazarlo. Se compraron las acciones de las petroleras y ahora no tienen inversiones. Nada de lo que pensaron que resultaría: resultó.
Y como todo parece girar en círculos. Algunos comienzan a pensar en la misma solución de siempre. Cambiar para que nada cambie.
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