Trascendencia de una candidatura única
Mauricio Aira
Los grandes medios europeos han acreditado a sus mejores periodistas al gran acontecimiento político que tiene lugar en los Estados Unidos y ellos nos recuerdan que hace cien años en 1908 los demócratas habían elegido en la misma ciudad de Denver a su candidato William Jennings Bryan cuando las organizaciones afro-estadounidenses le habían presionado para inscribir en su programa la adopción de medidas para detener el linchamiento de los negros. William Jennings Bryan se negó atender el pedido para no perder los votos de los blancos.Un siglo después se convierte en candidato oficial un hombre de color Barack Obama del mismo partido que se había negado detener el linchamiento de otros hombres de color. Por descontado que se trata de un gran paso adelante en una nación marcada por el racismo y el conservadurismo más profundos. Los periodistas no lo tienen tan fácil en precisar las manipulaciones partido adentro, y no logran abordar los entretelones del intenso ajetreo que precedió a la nominación del candidato enfrentado como sabemos a Hillary Clinton poderosa política que a su título de ex primera dama añade la de senadora por Nueva York donde radica gran parte de su fuerza y de su popularidad.Se ha observado con lupa toda la trayectoria de Obama en una desacostumbrada campaña que se prolongó más allá de lo tradicional y que permitió a los candidatos a la nominación recorrer el extenso territorio y tomar contacto con muchos miles de estadounidenses de todas las razas, de todos los niveles de economía y de formación. Se conoce la red de contactos que construyó el equipo de Obama constituido por dos millones de adherentes que realizaron un extraordinario esfuerzo para sacar adelante a su candidato.Uno de los integrantes de la red Joe Trippi considerado el cerebro detrás del nuevo método empleado en la campaña había explicado. –Aquellos que son miembros de la red deben tener argumentos a la mano y toda la información para responder la contraofensiva de los republicanos siempre dispuestos a empañar la imagen de Obama, de su familia, de su entorno, los argonautas tenían la posibilidad de hacer contacto con familiares y amigos de los Obama y de sus partidarios para estar en condiciones de dar respuestas oportunas. En la planificación y operación de itinerarios y actuaciones políticas la red jugó un papel muy importante. Para ejecutar el cambio propuesto como tema número uno del programa político será imprescindible esta visión multitudinaria y globalizadora, a nivel local y casi personalizado de los nuevos actores políticos.Se ha podido percibir según los despachos de éstos enviados que muchísimas personas se han involucrado en las tareas prácticas en lugar de confiar las tareas a funcionarios o empresas especializadas como a menudo sucedía en el pasado, ahora son los militantes que asumen la responsabilidad bajo el método que ya tiene un nombre “campañaobama”.Los estudios preliminares pusieron de relieve las carencias como la baja o casi nula participación de los jóvenes en la política norteamericana. En algunos estados como Georgia el problema era muy crítico y el potencial de votos importante. La perspectiva de un cambio, profundizando los problemas y tratando de encontrar soluciones que proponer a Obama y su equipo logró la conversión, aunque al despertar muchas expectativas el riesgo es grande si acaso no se acometen los cambios que la masa población exige.La mentalidad de los políticos tiene que cambiar y llegar al hombre de la calle, y el sistema electoral tenido por complicado y confuso tiene que transformarse en algo fácil de alcanzar y más participativo y menos discriminante. En Ohio donde se dio el conflicto en las últimas elecciones al negarle sus derechos a miles de votantes, la mayoría de los cuales eran justamente afronorteamericanos, ahora están organizados y firmes para defender sus derechos ciudadanos y a lograr los cambios en la ley que les permitan votar como a todos los demás ciudadanos.El recuerdo fresco aún del fraude electoral cometido por Bush en Florida cuando anuló los votos en favor de Al Gore y que le habían dado la victoria ha sido parte del debate electoral, aunque en la Convención de Denver no se ha puesto todavía sobre el tapete. Toda la discusión ha girado en la elección de Barack Obama en el centro del pensamiento y de la acción de los demócratas que han respirado alivianados al final de la agotadora campaña en la que han estado inmersos durante medio año. Muchos han apelado al “I have a dream” de Martín Luther King pronunciado hace 45 años y han visto señales de cambio representadas en la presencia del senador de Illinois que se convertirá en el primer presidente negro de la ya larga historia republicana de los Estados Unidos, poniendo el acento en el sueño relatado por el campeón de las luchas por los derechos humanos hace casi medio siglo.Para los 70 mil demócratas convencionales que asistieron a la arena donde tuvo lugar la nominación oficial, no faltaron las alusiones al inolvidable demócrata John Kennedy asesinado en plena lucha por la recuperación plena de las libertades ciudadanas y cuya autoría permanece todavía en el misterio y la visión de millones de hombres y mujeres de color y de las minorías estadounidenses que ven en Barack Obama el cumplimiento del sueño imperecedero de Martín Luther King. --Mauricio Aira es periodista, escribe desde Suecia.
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