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martes, 15 de julio de 2008

muchas veces el deber tiene aciertos editoriales como éste:

TRES EN UNO
La yuca entera...“Meter la yuca” es una conocida expresión popular cruceña que equivale a embuste, majadería, trampa, mentira o engaño. Se deduce de lo que acaba de afirmar el Presidente de la República sobre su eventual triunfo en el referéndum revocatorio del 10 de agosto próximo. Si lo ratifican en el cargo, ha dicho S.E., significará también la aprobación del proyecto de aquel mamotreto de CPE aprobado de cualquier modo en Oruro. Eso es meter la yuca entera. Alguito más faltaría para completar, como en las hamburgueserías, un ‘combo’ revocatorio.
¿Y cuándo gobierna?
A propósito del jefe de Estado. A menos de un mes del revocatorio, ha pisado el acelerador a fondo en la campaña por su continuidad como inquilino de Palacio Quemado y entonces lleva una agenda atiborrada de viajes por todos los vericuetos del país para repartir los cheques venezolanos. Es llamativa, en particular, la presencia de Evo Morales en Santa Cruz, donde estuvo tres veces la semana anterior y ha empezado ésta con una nueva visita.Un dirigente cívico calculó el costo por hora-vuelo de las movilizaciones del Presidente de la República en el avión presidencial más sus acompañantes, ministros y cuerpo de seguridad en los helicópteros venezolanos y las cifras indican que la plata parece ser lo que más nos sobra... Y en medio de tanto viaje dentro y fuera del país como de jugar al fútbol, porque a cada rato le pican los pies, ¿en qué rato S.E. gobierna pensando en los irresueltos problemas y las crecientes angustias de los bolivianos?
Un ataque inadmisible
Ha sido mucha dosis la acción violenta de los ‘colonizadores’ de Colonia Berlín, del municipio de San Julián en la provincia Ñuflo de Chávez, que a fines de la semana anterior destruyeron parte de un dique de contención que desde hace un mes construía el Searpi contra las inundaciones del Río Grande. Ocurrió en San Isidro, municipio de San Pedro en el norte cruceño. No solamente que redujeron a escombros lo que se había levantado en el lugar, también agredieron al personal, incluyendo a mujeres, en presencia de sus hijos pequeños. La turba tomó incluso de rehén al operador de un tractor y en su retirada se llevó material diverso como botín del ataque. Las pérdidas fueron calculadas en más Bs 1 millón y hasta el momento no se les ha echado el guante a los cabecillas e instigadores de la brutal arremetida.La intolerancia y el abuso siguen abriendo brechas en las otrora pacíficas y cordiales comunidades cruceñas.

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