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jueves, 31 de julio de 2008
frases para la inmortalidad de lo increíble!
Por la boca muere el pez o “yo le meto por más que sea ilegal”
Mauricio Aira
Imposible dejar pasar la declaración del Presidente Morales que pinta de cuerpo entero su concepto sobre El Derecho, la Ley, lo legal e ilegal. Sus palabras pasarán a la memoria del colectivo que al igual que en tiempos de Melgarejo, va acumulando dichos y hechos que lejos de ser históricos se inscriben en lo anecdotario, donde se mezclan con los chistes y los pasajes increíbles del personaje que se ha convertido en una pesadilla para quienes desean una vida normal, un transcurrir llevadero, al margen de los sobresaltos y las inseguridades que provoca la forma de ser del personaje que gobierna a título personal, sin pedir el parecer a nadie, que ignora a las instituciones y hace escarnio de los más elementales principios, que ningún otro Jefe de Estado dejó de respetar.
El artículo 96 de la CPE dentro del título segundo relativo al tema determina “son atribuciones del Presidente primera: Ejecutar y hacer cumplir las leyes, expidiendo los decretos y órdenes sin definir privativamente derechos, ni alterar los definidos por Ley ni contrariar sus disposiciones, guardando las restricciones consignadas en ésta Constitución”. A buen entendedor pocas palabras ya que lejos de cumplir lo previsto aquí Morales refirió: “cuando algún jurista me dice Evo te estás equivocando jurídicamente, eso que estás haciendo es ilegal, bueno yo le meto, por más que sea ilegal” palabras éstas que serán para su perdición final, jamás debió haberlas dicho, aunque se sabe que “genio y figura hasta la sepultura” que nunca se corregirá de lo torcido de su carácter, de la inconveniencia de hablar más de lo necesario y que ya es conocida su incontinencia verbal, su absoluta falta de tino.
Esto de “yo le meto aunque sea ilegal y después les digo a los abogados ahora arréglense ustedes, legalicen que para ello han estudiado” es una inflexión de su alma, un develar el desprecio que siente por la Ley haciéndose indigno de ser servidor público, menos aún Jefe del Estado. Es por la boca que será condenado a una inminente muerte de la dignidad presidencial. No vamos a entrar en disquisiciones teóricas o filosóficas a que se presta el incidente, aunque no deja de llamar la atención la forma cómo se ha encaramado en el poder sin respeto a Dios, ni a la Ley, pasando por encima de la verdad, de lo legal, atropellándolo todo, a los gobiernos, a los países amigos, a las instituciones, a las personas.
Después de la confesión de boca, es fácil explicarse los atropellos contra el Congreso, contra la Corte Suprema, el Tribunal Constitucional, los intentos de imponer la Constituyente sin imporle los cercos, la violencia, las 42 muertes que se sucedieron a lo largo de los 30 meses de su gobierno y como “dime con quién andas y te diré quién eres” no cabe la menor disculpa al vice-presidente que por un fugaz momento pareció más ponderado, menos proclive a todas las maniobras a que nos somete el dirigente cocalero.
Lo más extraño e hipócrita es la cotidiana apelación a cumplir las leyes que realiza Morales, García Linera y todo el séquito de ministros que controlan el poder. Violan la Ley, no respetan la Constitución, atacan al Poder Judicial, el famoso cambio que no cambia nada, sino que es una sarta de actitudes engañosas, pretende justificar lo ilegal, la desobediencia a las leyes pisando la Constitución. Un ejemplo próximo es la actitud de los trabajadores que están en las calles, les sale al frente el portavoz “cumplan la Ley” hagan sus reclamaciones por el conducto regular y claro está que no les hacen caso, simplemente se salen por los fueros y procuran hacerle imposible la vida a los gobernantes. Los Tiempos nos lo poner más claro: “Así se explica, pues, que quien más y quien menos, se sienta en libertad de hacer lo que le venga en gana, como es factible comprobar cotidianamente con los bloqueos de caminos y las marchas callejeras por todo y por nada; que un equipo militar antiterrorista, dependiente del mismo primer mandatario, según un ex Comandante del Ejército, atente contra un medio de comunicación; que los linchamientos al igual que los atracos se produzcan a plena luz del sol, o que la violencia intrafamiliar, inclusive, sea corriente y natural.”
Provoca hastío, rechazo total la sarta de frases hechas que el oficialismo repite cada día: “el pobrecito indio” “los movimientos sociales”, “los pueblos originarios”, “la oligarquía derechista”, “los ricos que no renuncian a sus riquezas”, “los neoliberales que se aferran al poder”, y otras por el estilo y la sarta de embustes que sobresaturan la propaganda masista desvirtuando estadísticas acerca del real desarrollo económico y social que vive la nación y por otro lado se callan las muertes, la persecusión a los instituciones, los desafíos a gobiernos extranjeros y el sometimiento incondicional a Venezuela, además de una corrupción jamás alcanzada en materia de construcción de caminos, licitación de contratos del Estado, sobre el exceso de gastos del Gobierno sobre el cual además no se proporcionan cifras exactas ni siquiera al Congreso que tiene la tarea de fiscalizar al Ejecutivo. Recordemos que hay una Constitución que nos rige donde no figura para nada el revocatorio al que se aferra el régimen.
Más de uno aconsejó que no hay que hacer caso de la propaganda oficial y de su discurso sin razón. Como aconseja el refranero: A palabras necias, oídos sordos.
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