James Petras Sociólo Y Teórico De Izquierda. Extracto Tomado De Rebelion.Org
El régimen de Evo Morales consiguió imponer un modelo económico y político que generó una década de estabilidad política y social sin precedentes en Bolivia y un índice de crecimiento entre el 4% y el 6% anual. Consiguió formar empresas mixtas con más de 50 de las mayores empresas multinacionales y atraer sus inversiones, a la vez que mantiene buenas relaciones con los organismos financieros internacionales.
Morales recibió asistencia económica de regímenes izquierdistas (Venezuela) y derechistas (la Unión Europea). Consiguió ganar para su causa a antiguos militantes sindicales y líderes campesinos, mediante una retórica radical, estipendios y subsidios, convirtiéndolos en ‘guardianes del statu quo’. Convirtió en aliada política a la oligarquía de Santa Cruz; ha aislado y estigmatizado a las organizaciones campesinas disidentes y a los grupos ecologistas que se oponen a los proyectos de infraestructuras y de agrominería que devastan el medioambiente, acusándoles de ser ‘instrumentos en manos del imperialismo’ (a la vez que invitaba a las multinacionales a hacerse cargo de los recursos naturales).
Evo Morales mostró su maestría, sin parangón en América Latina, para justificar las políticas ortodoxas con una retórica radical. Cita a la pachamama (la madre tierra indígena) para defender la depredación capitalista extractiva; afirma que el trabajo inculca conciencia moral y contribuye a la renta familiar para defender la explotación infantil; (...) proporciona una pensión mínima que no llega a cubrir las necesidades más básicas mientras se jacta de superávits en el presupuesto nacional, una moneda estable y el incremento de millones en las reservas. Habla de antimperialismo a la vez que abraza su ortodoxia económica neoliberal.
No cabe la menor duda de que Morales es un líder excepcional; sus políticas multifacéticas muestran su genio como manipulador político. No es ningún revolucionario social, ni siquiera un reformista social consecuente y su régimen no es un Gobierno de los trabajadores. Pero es el dirigente capitalista democrático que cosechó un mayor número de triunfos y continúa ampliando su base electoral. La cuestión sin resolver es: ¿Hasta cuándo seguirá aceptando sus argucias políticas el otro 50%?
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