No por nada es la 'number one'. La Coca Cola consiguió en Bolivia lo que no ha logrado ningún ícono del capitalismo mundial en ninguna parte.
En medio de una polémica por el anuncio de un leve incremento de sus precios, la famosa marca de gaseosas logró que el Gobierno de Evo Morales, un declarado anticapitalista, defina a la Coca Cola como un artículo básico de la canasta familiar, cuyo aumento constituiría “un atentado al bolsillo de los bolivianos”.
Nadie sabía que la Coca Cola fuera tan importante y menos en un país donde se la ha criticado tanto e incluso se la comparó con los líquidos para destrancar baños y donde el régimen impulsó una bebida natural y energizante para sustituirla, la Coca Colla.
Antes de que se cumpla la convocatoria de los ejecutivos a explicar ante las autoridades las razones del aumento, la empresa decidió retroceder, sin agradecer, sin embargo, la enorme publicidad gratuita y por supuesto, el sitial de privilegio que le dio el gobierno, a un producto que tiene sus detractores en muchos países, donde los que defienden la correcta nutrición están en guerra contra las bebidas azucaradas.
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