Quieren aprovechar el envión del 12 de octubre, mantener el aparato electoral "a full" y no permitir que las filas opositoras se recompongan, sobre todo después de que terminarán con la moral muy baja y los bolsillos vacíos.
Los dirigentes que han estado haciendo “empanaditas” con el MAS, los que han hecho una campaña funcional, muy suave y reverente, y por último, los que callaron sobre el narcotráfico, el derroche, la persecución y caso Rózsa, al amparo de un pacto no escrito “hoy por ti mañana por mí”, también hicieron sus propios cálculos y están convencidos de que el oficialismo les respetará sus propios espacios locales y regionales.
El orgullo ha vuelto a recorrer por las venas de algunos ingenuos que se jactan de haber hecho respetar el monumento al Cristo Redentor, cuando en realidad ese fue otro cálculo del MAS para victimizarse y mostrarse condescendiente con los símbolos regionales. La proyección que hacen es que después de marzo, no habrá esquina de la ciudad sin una wiphala plantada, por lo que tenemos que ir pensando cómo cambiar la letra del himno cruceño.
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