Durante el viaje del presidente Morales a China ha vuelto a surgir la interesante polémica que pone frente a frente el “imperialismo norteamericano” versus el “imperialismo chino”. Plantear esa dicotomía desde ya desnuda una mentalidad subdesarrollada, pero ni modo.
De acuerdo a lo expresado por el Gobierno boliviano, los chinos son mejores, porque supuestamente van a estimular el desarrollo de nuestro país, a diferencia de los gringos, a quienes “no les interesa que nos desarrollemos”. No vamos a defender aquí a los estadounidenses, pues ellos lo hacen mejor, pero si conviene poner en duda la supuesta actitud benevolente de los chinos, quienes acaban de hacernos la venta más importante de los últimos tiempos, un satélite valuado en más de 340 millones de dólares.
Pregunta tonta ¿por lo menos un tornillo de ese aparatejo fue fabricado en Bolivia? Seguramente el “bicho” ese tiene muchísimos componentes metálicos extraídos de las minas bolivianas, al igual que todos los automóviles chinos que han provocado una verdadera invasión en nuestro país. Habría que ver cuál es la plusvalía que sacan los chinos de las materias primas que les vendemos. Se equivoca el que piensa que el capitalismo es distinto en China, en Europa o en Estados Unidos. Verlo de otra manera es pura charla nomás.
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